EL PORQUÉ DE LA DENOMINACIÓN: LUYANO CHICHERO Y LAMUDINO BRUJO
Jámilton Loja Maldonado. 2006
LA PAMPA Y LA CULEBRA:
Veinte Relatos de Magia y Encanto Provenientes de la Tradición Oral de Luya
Antes, en épocas pasadas, ocurrió una historia.
Dicen que en el valle donde ahora se extiende el pueblo de Luya era un gran pantano y la gente vivía en los cerros aledaños. Los niños, cuando bajaban a pastorear sus ganados en las orillas del pantano, desaparecían devorados por el fango. Al ver esto, la gente decidió liberar al valle del agua que lo empantanaba.
Y así lo hicieron, trabajando esforzadamente durante muchas jornadas. Luego, cuando ya la tierra estuvo seca y firme, algunas familias bajaron para habitar en ella, y levantaron sus chozas y empezaron a vivir en paz y tranquilidad.
Así fue pasando el tiempo.
Pero un día bajo también Vasquishawin con su gente. Era el cacique de jacapatos, quien tenía temperamento guerrero: en todo momento estaba tratando de extender sus dominios territoriales. Por eso, no satisfecho con lo que había conquistado, empezó a mirar con codicia las tierras de Lámud.
Con anterioridad, el cacique de Cuémal se había posesionado de esas tierras. Lo llamaban Pulacchaqui, pues tenía los pies grandes, y era blanco, rubio y de gran estatura. Dicen que este hombre había salido de la laguna de Chilmal, emergiendo desde las entrañas mismas de la Pacha Mama.
Y siguió pasando el tiempo. Hasta que, cansado de mirar solamente, Vasquishawin, a modo de provocación, invadió las faldas del cerro Lamudurco.
Pulacchaqui, que era de tendencia pacifica, no respondió. Sin embargo, como no podía hacerse el distraído, sumamente preocupado consulto a su esposa, la mama Quirilda, sobre la manera más apropiada de desalojar a Vasquishawin; y juntos empezaron a buscar la solución.
-¿Qué podemos hacer?- se preguntaban a cada rato.
Y en este afán consumieron mucho tiempo, hasta que la mama Quirilda lanzo una idea inesperada:
-¿Por qué no vas a Curibamba?
Pulacchaqui se desconcertó mucho; no comprendía lo que estaba proponiendo su mujer.
-¿Y qué puedo hacer yo ahí? – preguntó, tras un largo silencio.
La mama Quirilda sonrío, compasiva y triunfal a la vez:
Ahora si vale la pena que vayas-dijo-. Solo ella puede salvarnos.
Se refería a la amante de Pulacchaqui, una bruja temida por sus hechizos, que vivía a la otra margen del rio Utcubamba.
Como sabia que la hechicera tenia predilección por las aves silvestres, Pulacchaqui fue llevándole un huaycho cantor de regalo; también le llevo otros obsequios. Y una vez que estuvo ante ella, le conto el motivo de su visita.
-No sé qué hacer, por eso he venido a ti-dijo, por fin, reclamando ayuda.
En realidad, hace tiempo que esperaba tu visita- dijo la hechicera. Y cogió un porongo y empezó a llenarlo con nieblas, con brujerías, mientras pronunciaba palabras mágicas; después lo tapó fuertemente.
Cuando tus enemigos vuelvan a agredirte- indicó la hechicera, poniendo el recipiente en manos de Pulacchaqui- destapa este porongo y todo quedará en tinieblas.
Luego agregó:
- En Cuemal hay un gallo muy viejo, que pronto pondrá un huevo.
Ese huevo debes hacerlo incubar, y de ahí nacerá una serpiente. La serpiente crecerá en poco tiempo y empezará a comer gente.
Instruido y preparado de este modo, Pulacchaqui volvió más tranquilo a sus dominios. Y dejo pasar prudentemente el tiempo necesario, mientras la serpiente crecía en una cueva de Cuémal.
Cuando llegó el momento indicado. Pulacchaqui, al mando de sus hombres, marcho contra los invasores. Esto no le gusto nada a los luyanos, quienes rápidamente salieron al encuentro de sus enemigos y no tardaron en imponerse y dominarles.
Dolidos y humillados por la derrota, los lamudinos se replegaron nuevamente. Mientras tanto, los luyanos se dedicaron a celebrar el triunfo, con chicha, con harta chicha, hasta embriagarse totalmente.
Sin duda por este motivo, cuando Pulacchaqui destapó el porongo y soltó a la serpiente, fueron pocos los que lograron huir y salvarse.
De este modo, pues, los lamudinos recuperaron sus tierras. Por esta razón, además, a los luyanos les llaman chicheros y a los lamudinos, brujos.
Asi nos cuentan las personas mayores.
Glosario.
Cuemal: Pueblo antiguo de la etnia de los Chillaos. Actualmente es anexo del distrito de Lámud, se ubica al oeste de esta ciudad.
Curibamba: Se refiere a las montañas de Corobamba, ubicadas en el territorio de la actual provincia de Bongará.
Huaycho: Pájaro serrano que solo canta al amanecer.
Jacapatos : Pueblo antiguo de la etnia de los Chillaos. Al parecer, estuvo ubicado en el territorio del actual distrito de Santa Catalina.
Jucusbamba: Valle de regular extensión; se halla a orillas del río del mismo nombre. En este valle se ubican las ciudades vecinas de Luya y Lamud. El río jucusbamba es uno de los afluentes del Utcubamba.
Lamudino : Natural de Lamud.
Lamudurco: Cerro ubicado al sur de la ciudad de Lámud.
Luyano : Natural de Luya.
Pacha Mama: Madre tierra.
Porongo: Calabaza de forma alargada que se utiliza para depositar liquidos.